El jueves 26 de octubre continuamos celebrando este caminar de 140 años por tierras uruguayas.
La Catedral Metropolitana de Montevideo abrió las puertas a las FMA, niños, adolescentes, jóvenes, exalumnos, docentes, SDB, vida consagrada y amigos para que la Acción de Gracias por excelencia fuera una gran fiesta.
Los sueños misioneros de Don Bosco y Madre Mazzarello se multiplicaron junto con los de cada miembro de las presencias educativas y fueron llevados como ofrenda, pidiendo al Señor que les diera plenitud y llevara a cabo su obra en cada uno.
La unidad y el sentido de pertenencia a un Instituto con rostro misionero se vió palpable en cada oración, cada palabra, cada gesto realizado y como decía Maín: "aunque un mar inmenso nos separe, podemos vernos y estar juntas en el corazón de Jesús".
María la Auxiliadora de todas las horas, cubrió con su manto, una vez más a esta gran familia que quiere seguir recreando el sueño y crecer como piedras vivas de gratitud.